Lee y Justine Oakley, quieren transformar un viejo casco de acero en una casa flotante de 2 plantas en el río Medway, cerca de Rochester (Inglaterra). Quieren una espaciosa cocina y sala de estar de planta abierta, zonas exteriores con magníficas vistas y 4 acogedoras habitaciones con baño bajo cubierta, todo ello con un presupuesto de sólo 300.000 libras.Su constructor, Joe Allodi, y su equipo sólo tienen 16 semanas para lograrlo, pero desde el primer día tienen que luchar contra el mal tiempo y la enorme marea diaria, que sube y baja el barco varios metros dos veces al día. Esta diferencia de altura y el largo camino que hay que recorrer desde la orilla hasta el casco hacen que subir a bordo cualquier material y equipo sea un quebradero de cabeza monumental.