Quizás uno de los edificios del mercado de alimentos más bellos y bien organizados de Europa es el Mercado Central de Valencia. Construido en el área donde se encontraba un mercado al aire libre durante siglos, la construcción de arte de estilo valenciano es una "catedral de los sentidos". Son dos cúpulas, vigas de hierro y ventanas de vidrieras que cubren 400 puestos de productos locales, una prueba de la variedad y la diversidad de la agricultura regional, que ahora se está transformando de intensivo a natural.