La idea de unir el Garona con el Mediterráneo a través de un canal se remonta a la Antigüedad. El objetivo inicial era crear un canal marítimo para facilitar el tránsito de mercancías uniendo el Océano Atlántico con el Mediterráneo sin tener que pasar por España, un trayecto de más de 3.000 km. El tránsito de mercancías sería más rápido, pero también más seguro, ya que al circunvalar España se expone a los barcos a los piratas.