Al pie de imponentes montañas y en profundos valles, atravesando los páramos abiertos y los matorrales de las Tierras Altas y bordeando lagos cristalinos, la red ferroviaria de Escocia surca un paisaje sin igual. De entre todos los trenes panorámicos de Escocia, se considera que la gloriosa línea de West Highland es la más hermosa del mundo. Este tramo de la West Highland Line -la línea de las Tierras Altas Occidentales- parte desde Mallaig con destino a Fort William al este, pasando por el viaducto de Glenfinnan. Acto seguido, pone rumbo al sur, cruzando el páramo de Rannoch y el Parque Nacional de Trossachs, antes de llegar a Glasgow, cinco horas y media más tarde.