La ascensión a los Lagos de Covadonga es uno de los grandes descubrimientos de la Vuelta a España. Por su belleza y por su exigencia. Con los desarrollos de los años 80, las duras rampas asturianas no eran tan fáciles de sortear como ahora. En la etapa de 1985, Pedro Delgado rodó de forma impresionante y se coronó victorioso, tras una fuga en solitario. Como colofón, el ciclista segoviano se vistió de líder.