Tras la muerte de la esposa de Ludovico, Leonardo tiene la tarea de pintar un fresco en su honor: La Última Cena. Siguiendo el consejo de Fray Luca Pacioli, Leonardo comienza el trabajo con la ayuda de Tommaso y Salaì. En Florencia, una Caterina embarazada busca trabajo después de destrozar una carta de Leonardo. Mientras tanto, Ludovico regresa victorioso a Milán después de luchar con los franceses. Los pigmentos de Leonardo son robados, lo que lleva a Salaì a recuperarlos a costa de su libertad. Al encontrar un error en su diseño, un frustrado Leonardo es persuadido de comenzar de nuevo por Ludovico, quien revela que un ataque francés es inminente. Después de meses de trabajo, Leonardo se horroriza cuando Marco es asesinado por los partidarios de los franceses, pero se niega a dejar que Tommaso y sus otros aprendices se vayan. Mientras los franceses les invaden, Cesare Borgia informa a Leonardo que le permitirá terminar su fresco sin ser molestado.
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