El chef Gonzalo D'Ambrosio llega a la cuadrilla de Añana, la más extensa y fértil de las siete en que está dividida la provincia de Álava. El agua y su tierra proveen a sus habitantes de ricos productos que el cocinero va descubriendo en esta ruta. Su viaje comienza en las salinas de Añana, una de las minas de sal más antiguas del mundo, cuyo origen se remonta al mar de Tetis que hace 200 millones de años inundaba esas tierras. Después de ayudar en la extracción de la sal y comprobar su sabroso uso gastronómico conoce uno de los platos más típicos de la región, los caracoles con perretxikos. Siguiendo su ruta conoce a Pedro y Josu, agricultores dedicados a la conservación de variedades vegetales tradicionales y casi desaparecidas, como la judía pinta alavesa. La última parada de su viaje es Villamabrosa, donde Alfredo cuida caballos de monte del País Vasco de manera holística. Termina su viaje reuniendo los mejor sabores que pudo conocer en su ruta en una deliciosa receta, un tartar a