La Revolución de Norteamérica fue uno de los grandes experimentos de la historia. Es una de las primeras veces en las que se derroca a una monarquía, formándose una nación completamente nueva. Rompió el equilibrio de poder, y también presentó una nueva forma de gobernar y una nueva relación entre hombre y Estado. Fue la primera revolución moderna de una época que se convertiría en la era de las revoluciones.