En la Alta Edad Media cualquier momento era idóneo para olvidar la dureza de la vida cotidiana, las fiestas siempre estaban asociadas al calendario y las faenas agrícolas, del carnaval a la vendimia. Se habla de algunos juegos que practicaba el pueblo y también la nobleza, que, además, dedicaba parte de su tiempo a la celebración de torneos y a la caza con rapaces, como ha quedado reflejado en multitud de capiteles de iglesias románicas. Los juglares, acróbatas y danzantes fueron el antecedente de los espectáculos teatrales posteriores. Música religiosa y popular ejecutada por músicos que con sus instrumentos conocemos a través de las imágenes en piedra que los canteros han dejado en las portadas de las iglesias románicas.