1977. Con el país en pleno proceso de transición a la democracia, la esperanza y la alegría se entremezclan con una violencia cada vez más encendida en las calles. A pesar de ello, Lola continúa sumando éxitos en su carrera de abogada laboralista, para orgullo de Cristina. Paca continúa con su labor en Palomeras, tras su victoria en el caso Silva. Mientras, Manuela lidera junto a Joaquín Navarro, líder del sindicato de transportes, una dura negociación con la patronal para aprobar un convenio colectivo que tiene a los representantes del Sindicato Vertical furiosos y al país paralizado. Las amenazas se suceden en los despachos laboralistas y los grupos extremistas comienzan a cobrarse sus primeras víctimas, pero esto no frena a las abogadas, decididas a llegar al final en su lucha, cueste lo que cueste.