En 1964, Lola González, una chica de familia acomodada, llega a su primer día en la Facultad de Derecho para descubrir un lugar que le cambiará la vida para siempre: un mundo de juventud, rebeldía y sueños de cambio en mitad de la dictadura. Allí conocerá a Enrique Ruano y a Javier Sauquillo, amigos de los que se volverá inseparable. Lola consigue unas prácticas en el despacho de Cristina Almeida, una de las jóvenes abogadas que están revolucionando la profesión junto a Manuela Carmena y Paca Sauquillo. Desde los despachos laboralistas, las abogadas se dedican a la defensa de los trabajadores ante el Tribunal de Orden Público, que vigila con diligencia cualquier corriente de subversión. Salir de las aulas y vivir la dura realidad a la que se enfrentan las personas más desfavorecidas no será fácil para Lola, ni para Javier o Enrique, con quien la joven estudiante de derecho ha trabado ya algo más que amistad.