Las presas habituales de los leones tienden cada vez más a comer cuando los cazadores descansan. Es decir, cuando el sol está más alto. Pero eso es sobreexponer el cuerpo al calor. El ascenso de la temperatura está incidiendo en el comportamiento de los animales que viven en estos abrasadores territorios. Y esos cambios están disminuyendo las posibilidades de supervivencia para los antílopes, las gacelas o los búfalos. Los hipopótamos no suelen alejarse del agua. Sudan sustancias protectoras contra los rayos solares, pero ni en la orilla están protegidos para sufrir un golpe de calor. Las cebras han inventado las rayas en blanco y negro para inducir microcorrientes de aire sobre su piel y los leones están perdiendo la melena para no sofocarse ante el intenso calor.