La expedición continúa a buen ritmo. Descubrimos cómo el gran descubrimiento, en la década de 1990, del Cryolophosaurus, apodado el T-Rex de la Antártida, y un herbívoro, el Glacialisaurus, condujeron a un renovado interés en un continente que alguna vez se pensó que estaba en gran parte desprovisto de vida. Y revelamos cómo un resistente protomamífero, el Lystrosaurus, pudo haber hibernado para sobrevivir a los oscuros inviernos polares y al cambio climático tóxico. Finalmente, mostramos qué sucedió con los dinosaurios antárticos y las criaturas prehistóricas después de que un infame asteroide impactara la Tierra hace 66 millones de años.