La confianza de consumidores y empresarios en la economía de la eurozona ha subido de forma destacada. Se encuentra en su nivel más alto desde mucho antes de que comenzara la crisis. Logra máximos desde octubre del año 2.000. Los índices a escala europea son incluso mejor de lo esperado. Contrasta con la caída de este sentimiento en consumidores y empresarios españoles motivada por el empeoramiento en la construcción.