Se abre un nuevo frente en el escándalo del espionaje de los servicios secretos de Estados Unidos. Edward Snowden, el extécnico de la CIA que destapó el caso, se ha ofrecido a colaborar con la justicia alemana y a aportar datos para aclarar cómo se ha pinchado, entre otros, el teléfono de la canciller Angela Merkel. Una noticia que llega cuando el secretario de estado de Estados Unidos, John Kerry, ha asegurado que su país ha ido demasiado lejos. Kerry se ha comprometido a que este tipo de acciones no se repitan.