El ingreso en la Unión Europea de España y Portugal supone para ambos países no solo la normalización con el resto del mundo, sino también a nivel peninsular. La Revolución de los Claveles y la muerte de Franco dan paso, con experiencias diferentes, a las transiciones democráticas en ambos países. Con la democracia recuperada, España y Portugal regresan a Europa. En 1985 los vecinos ibéricos, en muchas ocasiones de su historia lejanos, firman su ingreso en la Unión Europea. Democracia y europeísmo marcan desde entonces las relaciones.