El día de la fiesta se acerca, y Adriano es consciente de que Catalina y él se la juegan y mucho; Curro le ayudará para que el futuro conde esté a la altura. Quien no parece estar a la altura de las circunstancias, es el servicio… a ojos de Petra; el ama de llaves lleva a todos al límite con la excusa de la fiesta. Manuel sigue sin intención de acudir al evento organizado por Lisandro, pero lo que realmente le atormenta es tener que tomar una decisión con respecto a la carta de Cruz. Lope insiste a Vera de que le permita ir a casa de los duques de Carril; el cocinero cree que hacerlo podría ser la manera de librar a su novia del yugo de su padre. Desesperado, Curro se plantea la posibilidad de contarle a Lope los verdaderos motivos detrás de la investigación a la joyería Llop.