Gracias a la oposición de los hombres de la familia, y aparentemente por Margarita, Ayala cede y Martina no ingresa en el convento. Josefa, la suegra de Virtudes, justifica su repentina marcha porque han sido desahuciados de su casa y ya no pueden mantener al niño. Mientras María Fernández y Salvador reactivan la organización de su boda, Santos sigue las directrices que le marca Petra e intenta bajar la tensión con Vera. Obsesionada por la posible infidelidad de Alonso con su amiga, Cruz vuelve a presionar a María Antonia para que abandone el palacio. Una vez enterado de que Pía sigue viva, Manuel hace a Jana una petición que la desconcertará. Mientras tanto, lejos de allí, Catalina parece haber recuperado la sintonía con Pelayo.