La noticia de la desaparición de Martina sacude La Promesa, pero también se empieza a echar de menos a Curro. Catalina no da su brazo a torcer: no volverá al palacio hasta que Cruz se disculpe. En las manos de Manuel estará la posible tregua. Cruz sigue las indicaciones de Alonso y confrontará a María Antonia: quizás haya llegado el momento de su marcha. El servicio toma cartas en el asunto de las mermeladas pese a la negativa de Virtudes, arrancando con una remesa. Aún colea el asunto de las invitaciones, llevando a Petra a hacer más preguntas de las debidas, concretamente, a Vera¿ sobre la duquesa de Carril.