Martina parece ir asentándose en el sanatorio gracias a Juana. Su nueva amiga le descubre que hay más posibilidades de las que piensa. La frustración de Cruz por las noticias de la guerra no cesa, y la marquesa cargará contra todos los que se le crucen en su camino. Tras el desencuentro con Cruz, Adriano entiende por qué Catalina piensa lo que piensa. El acercamiento entre ellos irá mucho más allá. A las cocineras les parecen desorbitadas las exigencias de los suegros de Virtudes y empiezan a desconfiar de las intenciones de estos. Vera quisiera que todo con Santos fuera distinto. Lope intenta acercarse a ella para brindarle su apoyo, pero la doncella se resistirá a dejarse ayudar por el que fuera su pareja.