La tensión es máxima entre Lope y Santos, que se pegan, y solo la aparición de Vera evita un mal mayor. Este conflicto destapa la verdad: la relación de Vera y Santos no es lo que parece. Margarita trata de mediar entre Martina y Ayala, consiguiendo aparentemente más de lo que había logrado hasta ahora. Todos siguen preocupados por Pía y la aparición de Gregorio, pero contarán con un aliado inesperado. Llegan a oídos de Alonso las intenciones de Cruz y Lorenzo con Catalina, y el marqués toma cartas en el asunto. Lorenzo, encargado del negocio de las mermeladas, dará nuevas directrices sobre el nuevo camino a seguir.