Manuel lidia como puede ante la presión de sus padres y de sus suegros para que se vaya a Madrid con Jimena, aunque le jura a Jana que no va a ceder y que nada ni nadie podrá separarlos. Jimena no se queda de brazos cruzados, sabe que si Abel contara la verdad sobre su embarazo cualquier oportunidad con Manuel se esfumaría. Así que no le tiembla la mano a la hora de envenenar al médico y poner así fin a sus problemas. Si Salvador no abandona su trabajo como lacayo es gracias a la intervención de María… Aunque el muchacho le confiesa a su novia que está convencido de que si Rómulo se lo ha puesto tan difícil es porque ya tiene a alguien para el puesto. Quien también quiere abandonar La Promesa es Virtudes, cuando le cuenta a Pía que no ve otra solución para sus continuos ahogos. Lorenzo mantiene una reveladora conversación con Cavendish en la que hablan sin tapujos del final del Conde de Añil. Aunque quizás el pobre Pelayo tenga todavía una oportunidad para salir indemne de la encerrona