Jana ha vuelto a La Promesa, medio repuesta después de la terrible revelación de Curro. Y el castigo impuesto por los marqueses no se hace esperar... Y es mucho más duro de lo que nadie podría haber imaginado. Pero en medio de las desgracias, Jana tiene una luz de esperanza: Manuel. Parece que las cosas entre los dos cada vez van un poco mejor. Catalina y Pelayo llegan al balneario acompañados de Vera, dispuestos a vivir unos días de reposo sin las presiones de la boda. El idilio del pasado que Petra y Ayala arrastran se hará más patente cuando la doncella de la marquesa comience con sus tareas de secretaria del conde. Virtudes ha ayudado a su madre con el trabajo en cocinas, hasta el punto que se le hace de noche. Simona y Candela buscan con urgencia una solución para evitarle el viaje de regreso al pueblo, y esta no puede ser más pintoresca.