Petra y Teresa acompañan a los restos de Feliciano camino de su pueblo donde será enterrado. Cruz, ahora que sabe el vínculo que unía a su doncella y a Feliciano, baja a las dependencias del servicio con instrucciones muy claras al respecto. Con Curro fuera de peligro, la familia Luján ya únicamente piensa en la boda de Catalina y Pelayo. Catalina, sin embargo, exigirá a Pelayo una condición ineludible si quieren casarse. Otra boda se dibuja en el horizonte: María Fernández y Salvador. Los dos sirvientes debatirán indecisos y por separado, cuál es la mejor forma de pedirse matrimonio. Manuel está dispuesto a ser el vencedor de la próxima edición de la Copa Herzog Staackman, y no va a permitir que sus padres lo impidan. El joven heredero por fin puede hablar con Jana y le cuenta sus sospechas de que Abel está malmetiendo entre ellos. Alonso pidió a la familia fue que Cu