Continúan los preparativos de la fiesta de máscaras y todos los señores van pensando cuál será su disfraz. A medida que se acerca el evento, Mauro se ve cada vez más presionado por Rómulo en su formación como mayordomo. Manuel está empeñado en que Jimena vuelva a casa de sus padres y ni Alonso, ni Cruz son capaces de convencerle de lo contrario. Lope, que ha desarrollado un carácter arisco desde que lo han separado de los fogones, critica la labor de las cocineras y Pía se ve obligada a ponerle en su lugar. Alonso se niega a ayudar a Margarita con las gestiones de la finca a pesar de que Catalina se lo pide. Esta está centrada en el negocio de las mermeladas y su relación con Pelayo es cada vez más estrecha, pero se llevará una desagradable sorpresa. Simona vuelve a recibir una carta de su hijo... Pero esta vez es diferente a todas las anteriores.