Catalina y Pelayo reciben el pago del primer pedido de las mermeladas, las expectativas del negocio son boyantes y los dos lo celebran con alegría. En la intimidad de las cocinas, Catalina termina por confesar a las cocineras que se está enamorando del joven conde. Cruz sufre un nuevo revés porque no solo no ha podido evitar que Margarita se quede con un cuarto de La Promesa, sino que además ha pedido a Catalina que sea ella quien gestione su parte de la finca. Jana está en una complicada encrucijada, Abel le ha pedido que sean novios pero ella sigue enamorada de Manuel. Comparte sus dudas con María y se plantea aceptar la propuesta del médico para pasar página con el heredero de La Promesa. Los ardides de Jimena y Cruz dan resultado: Manuel recibe una carta en la que la Guardia Civil le prohíbe volver a volar. Las dos se relamen por su victoria sin que Manuel sospeche nada... Hasta que Margarita quita la venda de los ojos