Curro está convencido de que la marquesa no fue quien acabó con la vida de Jana y, ante la tumba de su hermana, promete que no parará hasta dar con el verdadero asesino. Pero sus verdaderos orígenes han sido revelados y, para poder quedarse investigando en La Promesa, Curro no tiene más remedio que convertirse en lacayo y servir a los que antes eran sus iguales. El antiguo señorito -y ahora lacayo- cuenta con la ayuda de Pía, Lope y Ángela. Pero deben ser discretos y tener mucho cuidado, porque el asesino parece estar muy cerca. Mientras tanto, la relación entre Curro y Ángela sufre un duro revés. El escándalo del verdadero origen de Curro hace que su amor sea imposible. Una señorita como Ángela no puede estar con un lacayo.
