Manuel se disculpa con Jana por su brusquedad en su último encuentro. Jana le replica que no le dé importancia: lo único que dejó claro fue la posición que ocupa cada uno en palacio. Él es el heredero de los Luján y ella sólo una doncella. Mejor que cada uno siga en su sitio. Petra está indignada con las acusaciones veladas de sus compañeros. Y se defiende: ella no ha tenido nada que ver en el supuesto envenenamiento de Pía. Candela y Simona quieren aprender a leer con más fluidez. Piden permiso a don Gregorio para dedicar unas horas al estudio. Lo único que les falta es un tutor que las ayude. Catalina está superada por volumen de trabajo ahora que vuelve a llevar las riendas de la finca, y pide ayuda a Martina para llevar la intendencia del palacio. Ésta asume sus nuevas responsabilidades con nervios e ilusión.