María Fernández está destrozada. La doncella sufre la noticia de la muerte de Salvador, que era un secreto a voces entre el servicio, y prefiere aislarse, dolida por haberse enterado a través de Petra. El notario ha enfermado y el reparto del testamento del barón se retrasa. La baronesa de Grazalema decide quedarse más tiempo en palacio, algo que Cruz no tiene más remedio que aceptar en contra de su voluntad. Catalina insiste en que se valore su trabajo para la finca. Manuel intenta convencer a Alonso de que lo mejor es que ella quede al mando, pero el marqués no da su brazo a torcer, se lo prometió a Cruz. Mientras tanto, Blanca no puede evitar fotografiar todo lo que encuentra a su alrededor. Su cercanía con Manuel provoca los celos de Jimena, que no piensa quedarse de brazos cruzados viendo cómo otra acapara la atención de su marido. Pero la futura marquesa yerra el tiro, ya que Blanca sabe que de quien realmente está enamorado Manuel es de Jana.