Durante más de medio siglo la industria tabacalera estadounidense mintió sobre la adicción a la nicotina. Fue la campaña de desinformación más costosa de la historia y la más mortal. En 1953 una conspiración en Estados Unidos y después en todo el mundo unirá a todos los grandes fabricantes de cigarrillos. En el más absoluto secreto, pondrán en marcha una estrategia para ocultar los letales peligros del tabaco todo el tiempo que puedan. Era fantástico para el industrial que vendía mucho. Solía decirse que “te cuesta un céntimo y ganas un dólar”. Para lograr sus fines, las empresas de tabaco fueron contando cada vez más mentiras, hasta el final del siglo XX. Corrompieron a decenas de científicos.