Los científicos son unánimes: la catástrofe climática es inminente pero evitable. Y seguimos sin reaccionar. ¿Cómo salir de esta inercia colectiva y cambiar nuestro comportamiento? ¿Estamos programados para escondernos ante la amenaza? ¿Cuáles son los mecanismos del cerebro que nos ciegan y paralizan? Andreas Kappes, profesor de neurociencia en la Universidad de la City de Londres, es un especialista en sesgos cognitivos. Sus experimentos realizados con estudiantes revelan hasta qué punto nuestro cerebro lidia con la realidad. En el caso de acontecimientos felices, la mayoría cree que resultará más beneficiado que los demás. Con un cerebro tan reacio a creer en las catástrofes, no es de extrañar que las advertencias lanzadas por los climatólogos en los últimos treinta años hayan tenido tan poca repercusión. Sobre todo, porque esta dificultad para enfrentarse a la realidad se ve reforzada por otro sesgo, en este caso de tipo cultural: nuestros marcos cognitivos. La socióloga y filósofa