Esta es la historia de las personas que lucharon incansablemente en la primera mitad del siglo XX para crear e implementar la citología vaginal o frotis de Pap. Prueba que salva del cáncer de cuello uterino a las mujeres. El doctor George Papanicolau, su esposa Mary, la ginecóloga Helen Dickens y el dibujante Hashime Murayama. Papanicolaou estaba convencido de que las células, los componentes básicos de toda vida, podían decirnos más de lo que nadie se había percatado. Eran sus secretos lo que llevaba persiguiendo durante años en sus investigaciones previas cuando un día, tomó una pequeña herramienta y raspó células del interior del cuello del útero de una cobaya viva. Luego, untó la muestra en una placa de vidrio y aplicó una serie de tintes. Miró por su microscopio y descubrió que había cambios en las células. Pudo ver diferencias en su forma y tamaño, que claramente le mostraron lo que estaba sucediendo en el útero. El descubrimiento ayudó a lanzar un nuevo campo, la citología exfol