En marzo de 1942, 999 jóvenes judías, en su mayoría adolescentes, procedentes de Eslovaquia llegaron en el primer tren a Auschwitz. Fueron traicionadas por su gobierno, les dijeron que iban a trabajar a fábricas en Alemania, para contribuir al esfuerzo de la guerra. Sin embargo, fueron enviadas al campo de exterminio nazi. Un pequeño grupo sobrevivió contra todo pronóstico.