Las protestas masivas dentro de la universidad durante el final de la dictadura lograron un gran desgaste dentro del gobierno de Arias Navarro. El régimen, en sus últimos días, observó atónito cómo los universitarios se sublevaban. Los hijos de las clases medias y altas, hasta entonces sostén de la dictadura, se rebelaron desde las aulas. Tras la muerte de Franco, con Arias Navarro de presidente, era necesario someter al gobierno heredero de la dictadura a un gran desgaste para dar paso a la democracia. Los poderes del estado pasaron entonces, con suma violencia, a reprimir cualquier deseo de libertad con fuerza. Durante el año 76, las asambleas, manifestaciones, las sentadas y la supresión de clases fueron constantes. Cada asamblea o manifestación era respondida con dureza por las fuerzas del orden. Pese a todo, estos estudiantes lograron contribuir a que la democracia volviera a este país.