Los relojes interactivos, los coches inteligentes, los robots domésticos y los objetos conectados están viviendo un auténtico boom. Mucha gente de negocios se está embarcando en estas posibilidades futuristas, a menudo denominadas "seguimiento del estado de ánimo". El principal reto, fruto de la investigación en inteligencia artificial, es humanizar estos objetos intentando dotarlos de emociones. La primera pregunta fundamental que debemos hacernos es: ¿Puede un robot leer las emociones humanas para anticiparse mejor a las necesidades de su dueño? Muchos robots humanoides han estado en desarrollo durante varios años, con capacidades a menudo más sorprendentes que sus predecesores. Este documental explora la comprensión de las interacciones que se pueden generar entre los individuos.