El teniente Santiago Baín y la sargento Sara Campos saben que están en manos de Ana. La niña que ha regresado después de cinco años de secuestro es todo lo que tienen para averiguar qué sucedió. Sin embargo, el testimonio de Ana apenas les aporta datos. No puede identificar a su captor, ya que siempre llevaba una máscara. El trabajo de los agentes se centra en intentar localizar el zulo donde estuvieron secuestradas y donde suponen que aún está Lucía. A lo largo de esa búsqueda, Santiago y Sara se darán cuenta de que el hombre que buscan es alguien del propio pueblo. Tal vez, alguien muy cercano a Ana.