El jardín del Capricho, en el madrileño barrio de la Alameda de Osuna, se construyó en la segunda mitad del siglo XVIII bajo las órdenes de la Duquesa de Osuna, figura clave de la ilustración española. Fue la primera presidenta de la Junta de Damas de la Sociedad Económica Matritense, fomentó campañas de vacunación, y fundó escuelas para mujeres. La quinta de recreo de El Capricho era un microcosmos de modernidad donde se reunían intelectuales y artistas de la altura del pintor Francisco de Goya, a quien la Duquesa encargó varios cuadros. Sede de grandes árboles, estanques, caminos sinuosos y arbustos de lilos, el jardín presenta una parte simétrica y otra más pintoresca, donde destacan una serie de edificaciones de recreo, o “caprichos”. Entre ellos, el Abejero, la ermita, el laberinto y la famosa Casa de la Vieja, un divertimento rural donde los nobles emulaban los encantos de la vida pastoril.