Juana y Felipe son jurados en Cortes como herederos, pero eso no resuelve la inquietud de Fernando e Isabel por la suerte que correrán sus reinos en manos de los príncipes. Conscientes de la influencia de Busleyden sobre Felipe, Isabel trata de ganárselo. En Inglaterra, la muerte del prometido de Catalina abre un conflicto con el rey Enrique, que no está dispuesto a renunciar a la dote. La joven sufre las consecuencias.