Compraban vinos a precios asequibles para luego venderlos por cientos, incluso por miles de euros, con las etiquetas más caras y prestigiosas de la Ribera del Duero. Sabían de caldos y buscaban aquellos que siendo baratos tuvieran un aroma similar al falsificado. Luego los vendían a través de internet, y también los distribuían en algunos restaurantes de Madrid, A Coruña y Marbella. El cambiazo les reportaba grandes ganancias. Hay cuatro detenidos.