A los 17 años el poeta José Hierro ingresó en prisión por ayudar a su padre y otros presos republicanos. Tras salir en libertad, y aunque le habían robado parte de la juventud, él decidió apostar por la reconciliación y la concordia. Su poesía, que huye de cualquier tipo de impostura, da buena muestra de ello con una sensibilidad especial hacia los vencidos, entendiendo por ello no solo a los perdedores de la guerra, sino a las víctimas de cualquier tipo de injusticia. La larga carrera literaria de Hierro comprende casi todo el siglo XX, y por ello se le considera puente entre casi todas las generaciones poéticas del siglo. Aunque sus inicios estuvieron marcados por la cárcel y por tener que ganarse la vida con trabajos manuales de todo tipo, el éxito de crítica le llegó pronto: a los 25 años con el Premio Adonáis. Por contra, el éxito de público le lleg&