El arquitecto valenciano Rafael Guastavino, pese a ser poco conocido, cambió el sistema de construcción en los Estados Unidos, donde exportó una tradición constructiva milenaria muy frecuente en el área mediterránea. Su bóveda tabicada ignífuga fue uno de sus grandes descubrimientos. Lo tenía todo como personaje: había sido olvidado por la historia, tenía una obra arquitectónica impresionante y además tuvo una vida personal apasionante llena de amoríos, viajes e incluso cometió alguna pequeña estafa. Un auténtico vividor lleno de luces y sombras, un personaje perfecto. Un gran número de edificios icónicos de Nueva York llevan la firma de la Guastavino's Company. Su legado se puede ver en el Carnegie Hall, el metro de City Hall, la Grand Central Station, la catedral de Saint John the Divine o el Puente de Queensborough. Su huella fue tan profunda en la ciudad que, en su necrológica, The New York Times le bautizó como 'El arquitecto de Nueva York'. El documental seguirá las huellas de Ra