Un retrato de la bailaora Cristina Hoyos y de cómo encaró éxitos y fracasos. Una incursión en su vida cotidiana y en sus recuerdos que arranca con una determinación. Hay encuentros que marcan una vida. Encuentros que transforman a una persona en lo profesional y en lo sentimental. La primera vez que la bailaora Cristina Hoyos escuchó hablar de Antonio Gades no había cumplido 18 años, pero tomó una determinación que marcaría su futuro: conocer a Antonio Gades y formar parte de su Ballet. Fue la misma determinación con la que encaró su vida personal y artística. La misma que le ayudó, muchos años después, a afrontar una grave enfermedad: 'Salí de la operación moviendo el brazo porque tenía la seguridad de que no me podía morir, de que el baile para mí era vida y que nada me iba a alejar del baile'. A través del documental asistimos a su vida cotidiana en la sala de ensayos donde prepara la obra de García Lorca Poema del Cante Hondo en el Café de Chinitas y su estreno, en el Teatro Maestr