Surgió el amor entre la alcaldesa y el profesor. Todos en el pueblo saben que el uno está por el otro, por mucho que Marina y Álex intenten ocultarlo. Sin embargo, están marcados por sus relaciones anteriores, lo que les impedirá dar el paso decisivo. Por otra parte, el restaurante no vive sus mejores días. Sus dueños, Pere y Avelino, están a punto de tirar la toalla. El restaurante acumula tantas perdidas y tienen tan pocas expectativas de superar las crisis que, por doloroso que sea, deciden cerrar definitivamente. Pero, de pronto, alguien entra en el restaurante y prueba el plato estrella de la casa, el suflé de almejas. El éxito es tal, que las reservas se agolpan. Y al fin, todo comienza a ir bien en Alcafrán. Marina y Álex comprenden que también a ellos les ha llegado el momento.