Turkin, un hombre enjuto, cercano a la treintena, siempre ha tenido problemas para relacionarse con las personas. De naturaleza melncólica y bastante tímido, recurre a los servicios de la agencia Animia de Cariño, especializada en acompañar a personas solitarias que reciben un máximo de cinco llamadas telefónicas al mes, incluyendo las equivocaciones.