En 2012, en el Monasterio burgalés de San Pedro de Cardeña tuvo lugar uno de los robos de arte más espectaculares de la historia reciente de España. Dentro del monasterio se encuentra el sepulcro de El Cid Campeador y su esposa Doña Jimena. Esta capilla alberga también una colección de monedas inspiradas en la figura del Cid, creadas por el artista Segundo Escolar, y varias piezas que la saga de los Escolar ha ido recopilando desde el siglo XVI. Este tesoro desapareció de manera misteriosa, pues la capilla se encontraba bajo llave y sin indicios de haber sido forzada. Tampoco saltó ninguna alarma y la comunidad de monjes cistercienses que habita el monasterio no se percató de nada. ¿Cómo habían entrado? ¿Por dónde salieron? ¿Quién es capaz de llevar a cabo un golpe tan cinematográfico? Porque junto a las vitrinas desvalijadas, los ladrones se permitieron el lujo de dejar aposta una pista: su sello personal.