En la cuenca del Kalahari, la vida de presas y predadores es igual de frágil al nacer, depende del cuidado maternal y de la rapidez en activar sus instintos de supervivencia. Mientras los herbívoros nacen listos para correr, los predadores necesitan meses, incluso años para la plenitud cazadora. En la sabana, campo de batalla, los animales despliegan sus estrategias y alianzas temporales para sobrevivir o cazar. Ñus y cebras pastan juntos para hacer frente, con su número, los ataques de los leones; los impalas ramonean entremezclados con los babuinos, atentos a interpretar las señales de alarma de estos. Incluso a la hora de dar a luz, la naturaleza dispone al éxito de las especies: la mayoría de los impalas nacen cuando el sol más calienta y los depredadores dormitan, y los ñus dan a luz las mismas tres semanas cada año. Contenido disponible hasta el 4 de junio de 2021.