Cada año, cuando las grandes inundaciones llegan al delta del Okavango, los hipopótamos regresan hasta su región oriental, concretamente hasta la Reserva de Moremi, convirtiendo ese rincón de Botsuana en su reino. Aquí, son una especie vital para el resto de criaturas que tienen la suerte de arribar hasta este refugio del gran río sudafricano. Gracias al trabajo de arquitectura natural que estos mastodontes acuáticos llevan a cabo, Moremi se transforma en el santuario que acoge una de las mayores concentraciones de vida salvaje del Sur de África. Bajo la atenta mirada de los hipopótamos, en este vergel de aguas poco profundas, todos se verán obligados a poner a prueba su capacidad de resistencia y competir por ver quien consigue continuar adelante un día más.