Para su película épica Maleika, el cineasta Matto Barfuss siguió a Maleika y sus cachorros. La película brinda a los espectadores la oportunidad de obtener una visión muy íntima de la impredecible rutina diaria de los guepardos. El observador se convierte en parte de la historia, narrada con ingenio y empatía. Los guepardos del desierto de Kalahari solo pueden sobrevivir si consiguen adaptarse a las duras condiciones. Las madres guepardos siempre están solas porque los machos se desentienden de la crianza. A veces acosan a las madres, ya que les gustaría aparearse mientras ellas cuidan de las crías.