Durante milenios leones y hienas han competido duramente por la carne. Los dueños de la muerte son los verdaderos guardianes de la vida, pero sus estrategias de supervivencia son antagónicas. Los leones son una explosión de fuerza y energía y las hienas consiguen lo que quieren a través del acoso y el agotamiento. Ambos se controlan, ambos se roban y se matan entre sí y, en este juego cruel, ambos sobreviven y ninguno predomina.