Los ciervos son símbolos de la naturaleza reconocibles al instante y muy queridos. En el transcurso de un año experimentan grandes cambios: desde perder sus abrigos de bebé manchados hasta desarrollar cuernos gigantes y adaptar su dieta a los cambios de estación. Siguiendo a los rebaños a lo largo de un año calendario, podemos compartir sus primeros pasos de bebé, verlos esquivar a los depredadores, migrar a nuevas zonas de alimentación, emprender cruces de ríos mortales y tener que enfrentarse en feroces batallas por los derechos de apareamiento. Incluso el reno, símbolo del invierno y "el pequeño ayudante de Santa", lleva una vida dura y desafiante, tan notable como si estuviera entregando regalos en Navidad. Hay tanta vida de los ciervos que rara vez podemos ver.